¿Qué hacer si somos unos calienta banquillos? ¿Cómo salimos de esta situación? ¿Se puede dar la vuelta a la tortilla? ¡Claro que si! Pero solo depende de nosotros conseguirlo antes o después.
Qué es ser un calienta banquillos
El calienta banquillos, «benchwarmer» o suplente de un equipo, en este caso, de fútbol, es aquel jugador que tiene un rol secundario en los partidos de su equipo.
Su papel suele estar en el banquillo o en la grada y esto puede llegar a ser muy frustrante para él o ella.
Todos queremos jugar y sentirnos importantes, pero por una u otra razón, en ese momento no tenemos un papel principal. Quizá sea porque hay jugadores mejores que nosotros en nuestra posición, el entrenador prefiere otro perfil de futbolista o, simplemente, estemos haciendo algo mal.
Sea como sea, aunque no sea fácil, podemos darle la vuelta a la situación.
Pocos puestos para tantos jugadores
Es importante que entendamos que hay muy pocos puestos para tantos jugadores de fútbol en un mismo equipo, y estar en el equipo titular y, encima, de manera constante, es en ocasiones un privilegio, independientemente de nuestra categoría o edad.
Tenemos que entender que hay otros compañeros que estarán luchando por el mismo sitio que nosotros. En otras ocasiones, simplemente, el mister tiene predilección por otros perfiles del equipo.
¿Puede ser injusto eso? Si. Es una situación que molesta e irrita a los futbolistas, pero debemos lidiar con eso y tener una actitud proactiva e intentar mejorar nuestra situación a corto plazo.
En el peor de los casos, podemos buscar otro equipo, pero solo en el momento en el que creamos que la situación es irremediable, ya que, el entrenador no cuenta para nada con nosotros hagamos lo que hagamos.
Aquí te decimos que creemos que debes tener en cuenta si estás pensando en cambiarte de equipo
Por otro lado, tenemos influencia sobre muchos aspectos de esas situación delicada de calienta banquillos, y aquí te las mostramos para que sepas que hacer.
Qué hacer si eres un calienta banquillos
Como te dijimos, un equipo está formado por muchos jugadores y, por lo tanto, es muy probable ser suplente o descarte. Son matemáticas sencillas y debemos contar con esa posibilidad.
Por ello, lo primero, si estás en esta situación, es que tengamos una mentalidad positiva e intentar sacar provecho de esta situación para remediarla cuanto antes.
No te desanimes
No te vengas abajo y no creas que no vales para ello si estás en un momento duro. A veces, no todo depende de ti y de tu esfuerzo.
Si al entrenador no le gustas, poco podemos hacer. Debemos seguir entrenando y teniendo buena actitud para progresar como jugador y aprovechar futuras oportunidades. Si, es duro, pero así es.
Deja a un lado tu frustración y vete con buena actitud a los entrenamientos y partidos. Estar con mala cara y pasota no va a remediar nada, incluso lo empeorará.
Apoya al equipo
Es importante que apoyemos al equipo, pues, aunque suene a tópico, es lo que va por encima de todo.
Cuando jugamos, no nos gusta ver con malas caras a los que no están en el campo o que estén deseando que fallemos en cualquier momento.
Puede que en ocasiones sea un auto-reflejo, pero, hay que ser un buen compañero y dar nuestro máximo apoyo; no está bien que queramos que el resto de jugadores falle para poder decir o pensar: «JA. Sabía que fallaría».
Muestra buena actitud y deja a un lado la negatividad. El resto del equipo lo apreciará mucho, de verdad.
Habla con el entrenador
Hay veces que pensamos que estamos haciéndolo todo bien y esforzándonos al máximo, pero puede ser, que solo a nuestros ojos.
La última palabra la tiene el entrenador, y es mejor, si no encuentras la solución, que preguntes que estás haciendo mal, según él y ver si te puede dar alguna solución.
No esperes encontrar oro de esa charla ni remedio asegurado a tu estado de «benchwarmer», pero quizá, saques algo en claro de que puedes mejorar como futbolista y corregirlo. A veces, si que tienen razón. Es obvio que si fuésemos los mejores, jugaríamos siempre, ¿no?
Entrena por tu cuenta
Hay que llevar al campo tu calidad como jugador y es posible que en algunos detalles todavía falles.
Identifica tus virtudes y debilidades, piensa que tipo de jugador eres y que destrezas se buscan en tu posición y sistema del equipo.
Practica tu técnica, mejora tu físico y estudia para poseer un juego sobre el campo inteligente.
Aunque sea duro y lento, lo único que podemos hacer es mejorar en todos los aspectos del juego. Es lo que de verdad está en nuestra mano para ser futbolistas, el resto, es solo «ruido».
Si algo tiene que pasar, pasará. Así que, nuestra labor es estar preparados para la oportunidad. Esto nos lleva al último punto…
Aprovecha tus oportunidades
Pues bien. Todo lo anterior no vale para nada si llega nuestra oportunidad y fallamos. Controla tu presión y demuestra lo que vales; juega como sabes y sigue trabajando. Además, recuerda que no es el fin del mundo si fallas, aunque te lo parezca.
Y bien equipo, ¿pensáis darle la vuelta a vuestra situación? ¡Nos vemos por aquí!